
Experiencia 1
Una década de contenidos
Una de mis clientes no tiene problema para producir contenido. Entre sus blog posts, su sitio web y sus workshops, ha producido suficiente material para mantener un flujo constante de información actualizada en sus canales digitales, presentaciones y entrevistas.
Su necesidad era categorizar este contenido en función de sus mensajes clave y temáticas recurrentes.
¿Por dónde empezar? Una estrategia de contenidos para identificar los grupos temáticos, seguido de un calendario editorial para facilitar la selección de las piezas a utilizar en su blog, newsletter y redes sociales.
Para la estrategia, trabajamos de forma intensiva en la revisión de sus materiales y la detección de los tópicos más frecuentes. Con esta información, construimos una base en excel que nos permitió poner nombres y etiquetas a cada pieza, hasta que todas tuvieron su lugar.
Además, agregamos los formatos alternativos que podían funcionar para cada texto (videos cortos, reels en Instagram o una versión reducida para email marketing), imágenes relacionadas con el tema, incluso apoyo para sus sesiones con clientes.
Cuando llegamos al calendario editorial, decidimos construirlo en función de las estaciones: tópicos vibrantes para el verano, inspiradores para la primavera, reflexivos para el otoño y reconfortantes para el invierno. Cada temporada estaba compuesta por contenidos semanales, que evolucionaban en función de sus mensajes clave y se presentaban como historias, reflexiones sueltas, citas textuales para compartir e imágenes complementarias.
Fue muy emocionante percibir la satisfacción de mi cliente, al ver una década de contenido organizada de forma clara y sencilla: cada texto tenía su lugar, su identidad. Y, mejor aún, completar el proceso con la certeza de que nuestra conexión hizo de este proyecto un viaje de descubrimiento para ambas.

Caso 1
Una década de contenidos
Una de mis clientes no tiene problema para producir contenido. Entre sus blog posts, su sitio web y sus workshops, ha producido suficiente material para mantener un flujo constante de información actualizada en sus canales digitales, presentaciones y entrevistas.
Su necesidad era categorizar este contenido en función de sus mensajes clave y temáticas recurrentes.
¿Por dónde empezar? Una estrategia de contenidos para identificar los grupos temáticos, seguido de un calendario editorial para facilitar la selección de las piezas a utilizar en su blog, newsletter y redes sociales.
Para la estrategia, trabajamos de forma intensiva en la revisión de sus materiales y la detección de los tópicos más frecuentes. Con esta información, construimos una base en excel que nos permitió poner nombres y etiquetas a cada pieza, hasta que todas tuvieron su lugar.
Además, agregamos los formatos alternativos que podían funcionar para cada texto (videos cortos, reels en Instagram o una versión reducida para email marketing), imágenes relacionadas con el tema, incluso apoyo para sus sesiones con clientes.
Cuando llegamos al calendario editorial, decidimos construirlo en función de las estaciones: tópicos vibrantes para el verano, inspiradores para la primavera, reflexivos para el otoño y reconfortantes para el invierno. Cada temporada estaba compuesta por contenidos semanales, que evolucionaban en función de sus mensajes clave y se presentaban como historias, reflexiones sueltas, citas textuales para compartir e imágenes complementarias.
Fue muy emocionante percibir la satisfacción de mi cliente, al ver una década de contenido organizada de forma clara y sencilla: cada texto tenía su lugar, su identidad. Y, mejor aún, completar el proceso con la certeza de que nuestra conexión hizo de este proyecto un viaje de descubrimiento para ambas.
Experiencia 2
Saber qué decir es importante. Saber cómo decirlo, fundamental
Cuando el capítulo argentino de una reconocida fundación internacional se encontró en una posición reactiva ante las frecuentes menciones negativas que recibían en medios, reconocieron la necesidad de organizar un entrenamiento de comunicación para preparar a su equipo.
Su necesidad era identificar los mensajes clave a utilizar para, en lugar de contrarrestar la información y parecer defensivos, aclarar el rol de la fundación, separarse de la polémica y atraer la atención hacia el trabajo educativo que llevan a cabo en las comunidades locales.
¿Por dónde empezar? A pedido de su responsable de prensa, preparé un entrenamiento de tres partes: identidad y mensajes clave, cómo redireccionar la atención de los medios y sesiones individuales para simular entrevistas.
Nuestro primer encuentro se centró en detectar cuán familiarizados estaba el equipo con la fundación, sus objetivos y acciones. También en cómo apropiarse de los mensajes clave, para pasar de repetir palabras corporativas a expresar un propósito de forma inspiradora, involucrando las emociones personales.
La segunda sesión sirvió para revisar ejemplos de entrevistas donde se redireccionaba la atención de un mensaje negativo a la información precisa, certera y valiosa para la audiencia. También discutimos la importancia de ser transparentes y enfatizar sus acciones educativas.
Finalmente, en las simulaciones de entrevistas, tuve la oportunidad de observar sus fortalezas y evaluar la disposición de cada uno de los miembros del equipo para potenciales apariciones en medios.
La experiencia fue muy positiva para todos. Brindarles soluciones y apoyarlos en el proceso de autoconocimiento implícito en la tarea de presentarse ante los medios de comunicación me ayudó a entender que la comunicación puede ser una responsabilidad intimidante o una oportunidad de oro.


Experiencia 3
Adiós obligación. ¡Hola propósito!
Frecuentemente nos encontramos con que nuestra identidad está atada a la profesión que tenemos. Y este momento de claridad ocurre cuando sentimos la necesidad de dar un paso al costado y dedicarnos a algo completamente nuevo.
Para esta clienta, el momento llegó acompañado de una lesión física importante, que la obligó a hacer reposo y alejarse de los consultorios por un tiempo considerable. Fue durante esta pausa que se conectó con algo más valioso y emocionante: ayudar a otras personas a ordenar su tiempo, como herramienta para vivir una vida más plena y satisfactoria.

Su necesidad era clara: comunicar esta iniciativa en su nuevo sitio web y, en consecuencia, en sus plataformas sociales.
¿Por dónde empezar? Luego de pasar semanas escribiendo y describiendo su historia, sus motivaciones, su propósito y sus servicios, había información más que suficiente para llenar la página web. Pero muchas veces, la cantidad de información puede opacar la calidad, y ahí empezó nuestra colaboración.
Leer todo lo que ella había preparado y entender los puntos más importantes para condensar la historia fue la primera parte. Hacerla fácil de seguir y atractiva para potenciales clientes, siempre manteniendo el aspecto emocional y humano, fue lo siguiente.
Cerramos con las mejoras narrativas, porque en cualquier sitio web, así como en las redes sociales, es imprescindible publicar textos libres de errores gramaticales, typos, y otros detalles que atenten contra la calidad de lo que expresamos.
Para cuando la página web estuvo lista, era evidente que el propósito y la inspiración estaban presentes en cada color, diseño y palabra. Las reacciones positivas empezaron a llegar y su entusiasmo creció. Ella recuperó su identidad y volcó su pasión en ayudar a otros, incluyéndome.
«La clave es alinearnos con el mensaje a comunicar. De esta forma transmitimos la idea y la emoción y conectamos con nuestro interlocutor y nuestra audiencia»
Diana Silva Franco

Experiencia 4
Tengo una voz y voy a usarla
Poco después de terminar el programa ejecutivo LevelUp, una de mis compañeras me pidió ayuda para mejorar su presencia en LinkedIn. Su objetivo era transmitir sus conocimientos, experiencias y valores en la plataforma.
Su necesidad, sin embargo, era más compleja. El punto de partida era definir su identidad y sus intereses. Después de muchos años en el mundo corporativo, debía reconectarse con ella como persona para luego construir su persona profesional, más allá de la empresa con la que trabaja.
¿Por dónde empezar? Programamos 5 sesiones, en las que abarcaríamos sus activos, sus objetivos, sus necesidades y cómo expresar todo eso.
El trabajo más intenso fue lograr una descripción objetiva de sí misma. Como ya habíamos visto durante las clases en LevelUp, las mujeres tendemos a minimizar nuestros talentos y logros y esto fue, precisamente, lo que intentamos revertir en la primera sesión y las dos semanas de trabajo individual.
En las siguientes sesiones, avanzamos en la identificación de sus intereses y cómo reflejarlos en LinkedIn, determinar su audiencia y dónde encontrarlos, estrategias de networking en la plataforma y, finalmente, la construcción de un perfil mejorado, más alineado con su identidad actual y los temas que son relevantes para ella y su red.
El resultado fue una mujer con mayor confianza en sí misma, con claridad en los tópicos y causas a los que quiere aportar su voz, que se animó a interactuar con los niveles más altos de la compañía en la que ha trabajado por muchos años. Ella quiso ser vista y escuchada y, progresivamente, lo ha ido logrando con autenticidad y coherencia.
Experiencia 5
Sé lo que hago, aunque no pueda decírtelo
Esta clienta fue mi profesora en un entrenamiento de autocompasión. Me enseñó y me acompañó durante la parte más dura de la pandemia -que coincidió con el trabajo interior más exigente y complejo que he hecho-.
Cuando me contó las dificultades que había pasado para poder construir un sitio web que reflejara de forma certera lo que es el trabajo con autocompasión y mindfulness, sentí el deseo de trabajar con ella y su socia, para lograr que ese invaluable aprendizaje que yo conseguí, pudiera llegar a más gente.
Su necesidad era desarrollar el contenido de la web de forma tal que la audiencia pudiera conocer lo que hacen, entender las diferencias entre los distintos entrenamientos y encontrar historias y testimonios que faciliten la identificación de sus problemáticas y las herramientas para superarlas.
¿Por dónde empezar? Entre las tres sostuvimos una reunión donde ellas expresaron la voz de su marca, las emociones que convergen en su trabajo y sus propias historias de acercamiento a estas prácticas de autoconocimiento y evolución.
Con esta información, preparé una estructura editorial de la página web simple, fácil de seguir, que pudiera contener toda la información necesaria sin abrumar a quien la visite. El énfasis estuvo en el lado humano, y en cómo estas herramientas pueden cambiar la vida de las personas de forma progresiva, impactando además a su entorno personal y profesional.
Ellas revisaron los textos preparados, hicieron cambios y sugerencias para ajustarlos más a su voz conjunta, y sumaron imágenes y algunos testimonios. Trabajamos en un blog que se alimentará con textos propios de forma regular, y generamos la sección de testimonios, en la que felizmente participé.
Para cuando terminamos el proceso de armado editorial de la web, quedó claro que reflejamos el propósito de ambas socias. Fue fácil, porque cuando nuestro objetivo es ayudar a otras personas, cuando existe la vocación de servicio, las palabras que elijo son las que sé que apelan a aquellos que comparten el mismo ideal.