¡A la aventura!

Seis meses me parece un tiempo prudencial para hacer un balance de la más reciente aventura en la que me embarqué. Aunque, debo advertir, será un balance afectado por la fase de luna de miel en la que aún me encuentro con Bilbao. Elijo ver el requerimiento de mi entonces empleador como la excusa. Y asumir que la decisión la tomamos, conjuntamente con mi esposo, porque sabíamos que nuestro deseo de aventura era muy fuerte y “el momento es ahora”. El destino: cualquier ciudad en Europa. La fecha: primer semestre de 2022. Las condiciones: trabajo remoto, con visitas a Bruselas. Los contras: ninguno. Si estoy simplificando el proceso de toma de decisiones es porque realmente nos tomamos el tiempo de evaluar desde todos los ángulos posibles esta oportunidad y, al final, volvíamos al mismo punto: nos vamos porque queremos. Así que nos fuimos, con cuatro valijas y mucha ilusión, a